lunes, 26 de enero de 2009

El Palmar de Colón

Distante a 50 kilómetro de la ciudad de Colón, se trata del palmeral más meridional del planeta. Es a la vez Parque y Reserva Nacional, y su finalidad principal es conservar los extensos palmares Yatay que hasta fines del siglo pasado se extendían por los territorios de Entre Ríos, Uruguay y parte del sur de Brasil. Un paseo imperdible a través de 8500 hectáreas pobladas de una maravillosa flora y fauna de Argentina.
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Este Parque Nacional fue creado en el año 1966 con el objeto de conservar un sector representativo de los palmares yatay. El paisaje característico de este Parque es un mosaico de palmares, pastizales y bosquecillos, interrumpidos por pajonales y sectores de la selva en galería que acompaña los cursos de agua.



El palmar de yatay es la formación característica de este Parque. Los palmares se dan en los terrenos altos y sus diferencias de densidad van acompañadas de variaciones en los otros componentes de la flora y fauna. El río Uruguay arrastra semillas provenientes de la selva subtropical, que prosperan en sus costas y afluentes, formando la selva en galería, también llamada selva marginal (la que constituye una prolongación de las selva misionera).



Estos y otros ambientes como los pastizales, bosquecitos, pajonales y cañadas pueden ser encontradas a lo largo de los distintos paseos demarcados en el parque. Los pastizales están íntimamente asociados a los palmares, conformando un ecosistema único donde se encuentran numerosas especies de animales.



La fauna está compuesta por vizcachas, hurones, zorros, nutrias, carpincho, lobitos de río, zorrinos, gatos monteses y corzuelas.
Entre los reptiles se ven víboras tales como la yarará y dos variedades de tortuga, la pintada y la de río. Durante el día, en las épocas de más calor, los lagartos overos salen de sus cuevas para asolearse en los mismos sitios que por la noche tienen a las vizcachas como principales protagonistas, como es posible observar junto al campamento, ubicado en estos bosques.



Dentro del Palmar es posible realizar diferentes excursiones; La Glorieta es un sector que se encuentra frente a la seccional de guardaparques, posee un mirador sobre una barranca de unos 80 metros sobre el río Uruguay. Las playas no están fuera de la oferta de atractivos turísticos del lugar, se pueden practicar deportes náuticos y pesca.



Ruinas Históricas, el aspecto cultural
El valor histórico del parque esta dado por las ruinas de Barquín y Salvia. A este lugar se puede llegar por camino vehicular (a 3 kilómetros del camping) o por un sendero cuya entrada está por detrás de la Intendencia (Administración del Parque).

En las ruinas de la calera Barquín, edificios levantados por Manuel Antonio Barquín a fines del siglo XVIII, se encuentran restos de dos hornos para la elaboración de cal viva, de un embarcadero, y de viviendas, cuyo sótano se comunica mediante obras de túneles con el río Uruguay.

Esta calera es considerada como uno de los primeros centros industriales de Entre Ríos, y de allí salió la cal para muchos edificios coloniales de Buenos Aires. Hacia los años '50 de este siglo XX, se instaló en ese mismo lugar una cantera de la empresa Salvia Hnos., dedicada a la extracción de ripio y que funcionó hasta poco tiempo antes de la creación del parque. La arena proveniente del lavado de piedra por parte de la empresa Salvia, formó la playa vecina.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Villa La Angostura

El Jardín de la Patagonia...

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viernes, 4 de abril de 2008

El Chalten

Chaltén o "Montaña que humea", según los nativos de estas tierras, donde el viento corre desde la cordillera hacia el Este de forma constante. Catalogado turísticamente como "La Capital del Trekking" este oasis patagónico ofrece mucho más que un manojo de senderos señalizados.
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Madre roca, padre cielo

Tu llanto descansa al pie de los ventisqueros
Y cada estrella se posa en tu cima blanca
Alumbrando el camino de los silencios.


Madre roca, padre cielo
A veces me lleva el alba con un arreo
Entonces mi piño blanco trepa tu senda
Y mis ojos se quedan en tu misterio.


Cerro, cerro de mi patagonia
No sabes Chaltén cuanto te amo
Cuando se desploma la nevada
Y cantan los vientos en tus grietas
En el idioma puro de mi raza
Ahoniken Chaltén, Ahoniken Chaltén
Ho ho ho, ho ho ho, ho ho ho, ho ho ho


Madre roca, padre cielo
El dios que adoro el tehuelche pinto el lucero
Y yo que vivo en tus faldas gastando tiempo
Te canto vadeando el rio de los recuerdos


Madre roca, padre cielo
Hermano de mi vigilia quiero ser cerro
Para ganarte en alturas de piedra eterna
Quedando siempre de pie sobre la tierra